El territorio ñuñoíno: un poco de historia y de urbanismo
(24 octubre 2024) Ñuñoa significa lugar de ñuños en mapudung o más conocido como lugar de flores amarillas, así se llamó en sus inicios a lo que conocemos en la actualidad como la comuna Ñuñoa, pero hay algunos historiadores que han investigado este nombre señalan que tiene raíces incas. De hecho, en la zona de los guindos, en 1926 el patrocinio San José entregó al Museo de Historia Natural una cerámica incaica. Hoy por hoy es una comuna reconocida como una de los territorios con mayor calidad de vida de la región Metropolitana.
El 6 de mayo de 1894, por Decreto presidencial, se crea la comuna de Ñuñoa. Según el Diccionario Geográfico de la República de Chile, señala que Ñuñoa es un caserío contiguo, barrio de la ciudad de Santiago, situado a su extremo sudeste, y cuyo centro es una antigua iglesia parroquial distante a cuatro kilómetros de la plaza principal de la ciudad.
El programa radial “Territorios Vivos en Ñuñoa”, ejecutado por la J. de Vecinos Nº 20, Parque Juan XXIII, de Ñuñoa, proyecto del Gobierno de Santiago, financiado a través del Fondo de Comunidad Activa, y aprobado por el Consejo Regional Metropolitano -CORE, conversó con el Sociólogo y Ph.D. en Historia (PUCV), Igor Lepe, y el arquitectoÁlvaro Biglia, candidato a Magister en Metodología BIM, ambos residentes de Ñuñoa.
Lo que destaca el investigador en historia es que este territorio posee una riqueza patrimonial incalculable y “la conciencia de los vecinos de identificar su patrimonio y defenderlo, un caso emblemático fue Suárez Mujica”, lo que finalmente lograron con otros barrios de los años 30 y 60, con riquezas arquitectónicas y estilos de diseños, aunque el eje Irarrázaval fue una batalla perdida.
Otros ejemplos del error de diseño urbano, expresa Biglia, “fue la iglesia que estaba en la calle Chile-España con Irarrázaval, que esa fue vendida, se demolió y ahora es un edificio, y no se rescató ninguna información de su rol histórico”, dijo.
¿Cómo convive la Ñuñoa céntrica con los sectores poblacionales? La integración de diversos sectores sociales y económicos fue parte de la política habitacional del siglo XX, y esta comuna fue bendecida con estas normativas. A modo de caricatura, Lepe indica “La división entre al Norte de Grecia y al Sur de Grecia, donde están la mayoría de las viviendas sociales de distintas épocas, tienen distintas historias”, con un nivel de organización vecinal muy alto hasta el día de hoy”, agregó.
El historiador reflexiona en torno a la cultura comunitaria que emerge en el siglo XX y que sigue vigente en la actualidad con un aspecto de solidaridad, en una sociedad cada vez más individualista. Biglia, suma su diagnóstico testimonial donde cree que se practica mucho la solidaridad y su relación estrecha con el municipio.
El arquitecto ñuñoíno señala que existen importantes hitos históricos y arquitectónicos, tal como es el caso emblemático de la ‘Villa Frei’, “porque tiene toda la tipología de edificaciones, vivienda torre, bloques, tiene espacios de comercio, pero está soportado por un parque que hasta el día funciona íntegramente para el beneficio de sus vecinos”, explicó.
Sin embargo, Álvaro Biglia, plantea que “Ñuñoa, el gran problema que tuvo, fue que no respetó o no tuvo limites (para derribar) las construcciones que era históricas o que podrían haber sido patrimoniales”, lo que produjo cierta hibridez urbana, con grandes edificios en desmedro de los barrios tranquilos de pisos bajos.
La arquitectura social del siglo XX produjo importantes integraciones, ciudades planificadas y los loteos de cooperativas y gremios, junto con las viviendas individuales, tales como los chalets californianos y las casas de la Escuela de Caballería, con influencia fuerte de la arquitectura de la Escuela Bauhaus, indica Lepe.
Los tiempos han cambiado en Ñuñoa desde los años 60. “La construcción ahora está mirando más que nada saber estrujar el valor de venta del metro cuadrado y antes se pensaba más en el habitante, como tener una vida con parques, tener espacios adecuados para convivir”, expresó Biglia.
A partir de los hitos urbanos y de viviendas denominadas Villa Olímpica y Villa Frei, “la vivienda social de calidad se hizo en un momento en que Chile tenía mucho menos plata que ahora”, por lo que cuesta entender que con los recursos actuales se haya perdido esta integración y convivencia social con los nuevos habitantes del territorio, a decir del sociólogo Lepe.
La vida cultural en Ñuñoa, según Biglia “el espacio que soporta el ‘Barrio Italia’ a mi me encanta, creo que se respetó, fue una política, de respetar esos espacios que son casas antiguas que fueron modificadas”. Para Lepe, la llegada de artistas, académicos e intelectuales “con esta sensibilidad especial”, a pesar del boom inmobiliario de altura, “existe una identidad cultural”.
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