Suárez Mujica: un barrio patrimonial con defensa ciudadana
(02 enero 2025) La historia del Barrio Suárez Mujica muestra que es un territorio que contribuye a la arquitectura y transformación urbana, social y cultural del Santiago en el siglo XX. Su bella arquitectura y su identidad barrial ha perdurado en el tiempo. Es una zona típica ubicada en el sur poniente de Ñuñoa y se conoce gracias a la activa defensa patrimonial de sus vecinos y vecinas contra importantes inmobiliarias.
Este territorio es heredero de las antiguas chacras Lo Cañita, Lo Encalada y Lo Valdivieso, en el Ñuñoa del siglo XIX. La parcelación permitió la llegada de una clase media emergente, muchos de ellos inmigrantes que buscaban un equilibrio entre la proximidad al centro de Santiago y la tranquilidad de un entorno natural.
El programa radial ‘Territorios Vivos en Ñuñoa’, ejecutado por la Junta de Vecinos Nº 20, Parque Juan XXIII, de Ñuñoa, es un proyecto del Gobierno de Santiago, transmitido por radio UdeChile, 102.5 FM, y financiado a través del Fondo de Comunidad Activa, y aprobado por el Consejo Regional Metropolitano -CORE.
En este capitulo de la serie, conversamos con dos representantes del territorio, la presidenta de la JV Nº 13, Suárez Mujica, Paullette L’Huissier y la vecina Romina Moya, quienes testimoniaron el aspecto histórico y cultural del territorio.
“El barrio es precioso pero más bonito son los vecinos”, señaló la dirigenta, y agregó que coexisten tres tipos de viviendas, por un lado están los edificios rojos Empart, las casonas estilo bauhaus que todavía guardan celosamente su arquitectura y las torres que no alcanzaron a defenderse de la construcciones en altura, sobre 20 pisos.
Aún cuando es complejo conservar este patrimonio urbano, la presidenta vecinal señala que: “no es fácil mantener las casas en su arquitectura, en su infraestructura”, y gracias a la unidad de diversas organizaciones sociales, que comparten esta zona tipica, finalmente pudieron defender este valioso territorio, con el apoyo que otorga la Ley del Consejo de Monumentos Nacionales.
Una de las vecinas que habita las torres del sector recuerda su llegada al barrio y como ha sido esta convivencia barrial entre las diversas familias, “era un barrio que estaba medio muerto socialmente”, y por otro lado, la vecindad de los edificios cuesta que participe activamente en la organización, explica la vecina y emprendedora Romina Moya.
Paullette, relata que al principio existía un sector denominado “ocupa”, producto de tomas ilegales y foco de delincuencia, dado que la inmobiliaria aún no comenzaba la construcción de viviendas. Por ello, las organizaciones empezaron a presionar a la empresa constructora para sacar a las personas que estaban provocando temor en los antiguos vecinos del sector.
Romina explica que fue también a través de gestiones culturales y sociales que los residentes comenzaron a apropiarse de estos espacios y a darle vida de barrio. “Pasamos del miedo a usar el espacio público para celebrarnos”, acotó.
La junta vecinal tiene desafíos importantes, una de ellas es la comunicación con la comunidad, que solo existe a través de redes sociales, pero todavía con poca presencia en las actividades organizadas por el colectivo, cuenta Romina.
La declaración de zona típica ha provocado una positiva actitud vecinal, “empiezas a coexistir y a corresposabilizarte, de mantener un patrimonio, de mantener bonito un barrio, de mantener seguro tu entorno, (saber) qué le pasa al vecino, es ya una naturalidad”, dijo Paullette.
A través de fondos públicos esta organización social ha podido implementar en estos últimos años diversos talleres y actividades culturales, tales como el financiamiento municipal y del FFOIP, y que ha entregado mayor convivencia y seguridad social, expuso la presidenta de la unidad vecinal de Suárez Mujica.
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