Don Aliro Garrido, un multifacético afilador de cuchillos
(16 noviembre 2023) El oficio patrimonial de afilador de cuchillos y herramientas tiene una larga historia que se remonta a épocas muy antiguas. A lo largo de los siglos, la necesidad de mantener ciertos artículos afilados ha sido fundamental para diversas culturas y sociedades. Por ejemplo, en las civilizaciones antiguas, como la egipcia y la mesopotámica, se usaban piedras abrasivas para afilar herramientas de metal.
Los romanos también utilizaban técnicas de afilado a través de piedras afiladoras. Durante la Edad Media, los herreros y afiladores eran figuras importantes en las comunidades, ya que mantenían las herramientas esenciales para la vida diaria, como cuchillos, espadas y herramientas agrícolas, en condiciones óptimas. Con el Renacimiento, se desarrollaron técnicas más refinadas para el afilado de cuchillos, y el oficio se volvió más especializado.
El programa “Oh! Citoyens”, que se transmite por Radio Universidad de Chile, 102.5 FM, a través de su proyecto: “Conexión Patrimonial: sonidos de geografía humana”, segunda temporada, cuenta con el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes, ámbito regional de financiamiento, convocatoria 2023. El invitado para el vigésimo octavo capítulo es el afilador de cuchillos y herramientas, Aliro Garrido, desde Peñalolén.
Sus comienzos en el oficio de afilador de cuchillos nació de la casualidad y la necesidad en la década de los años 70, pero su necesidad de sobrevivir, lo llevó en los años ‘78 y ’79, afilando machetes, participar en el Programa de Empleo Mínimo (PEM), y el Programa Ocupacional de Jefes de Hogar (POJH), pero también surgió durante muchos años su emprendimiento de venta de empanadas en el Estadio Nacional, junto a su vecino, “yo iba con mi canasto atrás y mi compadre adelante porque a mi me daba vergüenza”, señaló.
La variedad de productos que ofrece atender Don Aliro van desde los cuchillos cocineros de los hogares, tijeras de casa o peluquerías, modistas, caseros de pescaderías en las ferias y en el barrio Franklin a carniceros y restaurantes. “A todos ellos los atiendo yo”, explica.
La máquina que hace todo el trabajo de afilar metales consiste en un carro que usa una rueda de bicicleta, una manilla con engranajes, un esmeril, una piedra y un motor que hace girar la rueda o mediante un pedal. “Yo uso una máquina a pedal y otros más modernos a baterías”, como es el caso de quienes están establecidos en las ferias de Peñalolén. También, atiende a quienes necesitan arreglar o “amolar” tijeras de podar, herramientas de peluqueros, sastres y podólogos.
Pero, señala Don Aliro, hay diferencias en la calidad de los metales, entre aquellos cuchillos del carnicero que tiene un filo especial, a pesar de repasarlos con el “astil o chaira” y otros que se usan en las casas. “Las piedras tiene un lado amplio y otro suave, por ejemplo para los cuchillos que se usan para hacer sushi”, agregó. En las tijeras, él recomienda la marca “Mundial”.
Las tijeras son otro producto que restauran sus filos, pero si el metal entra en contacto con el esmeril, “si saca chispas es porque es buena, porque las chispas quiere decir que son de acero”, acota. Para don Aliro, “es un oficio patrimonial porque es bien nacional, bien típico, y recuerdo que cuando era niño veía por Guillermo Mann y abajo de Pedro de Valdivia, pasaban los que remendaban las ollas y las bacinicas”, que gritaban con el cautín en mano: “algo para componerle y reponerle”, agregó.
Don Aliro cuenta que su religión y su autocuidado lo salvaron de contagiarse con Covid en plena pandemia, porque el trabajo no le faltó, “aquí llegaban solos los vecinos”. Junto al sonido característico de la flauta de pan, nuestro invitado, hombre humilde y bondadoso, cerró la entrevista.
Conocer el oficio: https://es.wikipedia.org/wiki/Afilador
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