Luz Cartes: reina apasionada por la cultura patrimonial de la totora
(22 junio 2023) Hace más de 5.000 AC, ya la cultura Chinchorro, hoy la región de Arica y Parinacota, se empleaba la totora para diversos usos domésticos y rituales. Sus características de flexibilidad, resistencia y tamaño de la planta ha significado que se haya mantenido hasta la actualidad. En Chile, el uso de este noble material de la naturaleza está arraigado en la tradición, principalmente, en la zona norte y centro del país, para esteras en rollo para cierres o terrazas y canastos de diversos tamaños y formas.
Sin embargo, en este tipo de artesanía hay cultores que han ido perfeccionando la técnica para lograr piezas que destacan su autoría. La cestería en totora contiene fibras gruesas y posee un acabado más rústico. La totora es una planta acuática de la familia Typhaceae, y ha sido de gran utilidad para las comunidades humanas desde tiempos prehispánicos.
El programa Oh! Citoyens, de Radio Universidad de Chile, 102.5 FM y su proyecto “Conexión Patrimonial: sonidos de geografía humana”, segunda temporada, cuenta con el apoyo del Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes, ámbito regional de financiamiento, convocatoria 2023. La invitada para el octavo capítulo es Luz Cartes, oriunda de San Vicente de Tagua-Tagua, región de O´Higgins, denominada la “reina de la totora”.
La artesana de la sexta región recuerda que fue su hermano quien le enseñó los primeros pasos del arte de la totora, recuerda que su primera obra fue en el año 2012, con un paraguas, el que le hizo confeccionar dos veces hasta que él mismo le dijera que estaba “perfecto”, recuerda.
Las etapas del trabajo artesanal en totora consisten en la recolección de la planta que crece en humedales, luego el material recolectado se deja a secar al sol, para que la fibra se ponga más rígida, aunque mantiene su flexibilidad para el torcido y trenzado. Los tallos adquieren tonos que van del verde al café. El material seco se junta en gavillas y se almacenan en bolsas para conservar la ductilidad. La fibra se corta en tiras y se trenza en un cordón que será la base del tejido.
“Nosotros hacemos todo el proceso, la recolectamos, secamos y trabajamos”, cuenta Luz. Según la artesana el tallo tiene diversos cortes en variadas temporadas. Los tallos, según cuenta la monarca de la totora, varía según su tamaño y se utilizan en diversos usos, por ejemplo, cierres perimetrales los de mayor longitud y objetos domésticos los más pequeños.
“Aquí hay arte, aquí hay pasión, aquí hay sentimiento”, relata entusiasmada y por ello ella cree que es un patrimonio de la naturaleza y de sus manos creadoras. Mientras muestra sus trabajos, Luz Cartes explica que los usos han ido modificándose en el tiempo y ha dado paso a obras insospechadas para objetos decorativos.
La durabilidad y nobleza de la totora, mediante el “enlazado rustico”, bien trabajada dura a lo menos 12 años, comenta la cultora. Agrega que este es un material que se puede cortar y trabajar durante todo el año en diferentes lugares, especialmente en humedales y riachuelos, los que recorren buscando su grado de crecimiento y madurez.
Luz Cartes ha estado presente con sus trabajos en diversas ferias y exposiciones artesanales, incluso más allá de las fronteras nacionales, lo que la llena de orgullo. Por ello, no es casual la denominación de la “reina de la totora”, título logrado por más de 14 años de dedicación a esta artesanía local y apoyada desde sus inicios por la Oficina de Turismo de San Vicente de Tagua-Tagua.
El próximo legado patrimonial es un poco incierto ya que no ha podido concretar talleres con la municipalidad, especialmente en colegios de la zona. Por eso, hace un llamado a las autoridades locales: “detrás de mí no hay nadie. Si alguien puede enlazarme para poder traspasar los conocimientos y las técnicas a las nuevas generaciones”, recalca.
La artesana hace un llamado a la comunidad para que alrededor de los humedales no siga contaminándose con basura local. “Esto sería grave si se pierde este patrimonio de la naturaleza”, solicita preocupada. En este sentido la cultora de la totora pide que “valoren nuestro trabajo, tengan más respeto por nuestro patrimonio y no siempre pagan lo que corresponde”, dice.
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