CNX Patrimonial: “Observatorio Cerro Calán: una mirada de Ciencia al Universo”
(7 septiembre 2022) Se inicia la serie de 10 capítulos con entrevistas que ofrecen una mirada contemporánea de lugares y espacios que definen nuestra memoria histórica, financiada por el Fondo FFMCS-2022, del Ministerio Secretaría General de Gobierno. En el primer capítulo, se incursiona en el ”Observatorio de Cerro Calán: una mirada de ciencia al Universo”, junto al Doctor en astrofísica y Premio Nacional de Ciencias Exactas 1999, José Maza Sancho.
Vamos al cerro “totalmente desnudo”, eso significa Calán, viene del quechua (Qalan). Este cerro está ubicado en la comuna de Las Condes a 867 metros sobre el nivel del mar. En la cima, por más 66 años ha albergado al Departamento de Astronomía de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile y el Observatorio Astronómico Nacional (OAN).
Para muchos santiaguinos, el Cerro Calán es un misterio, un espacio lejano que podría estar en Atacama o el Elqui perfectamente. Hoy, debido a la expansión urbana de la zona oriente, Calán no cumple con los requisitos lumínicos para tener el rango de un observatorio en regla y es más bien un espacio isla cuyo centro está en la difusión científica.
Según el profesor Maza, el primer Observatorio Nacional nace el 1852, en la parte oriente de la ciudad, en una zona de chacras aledaña al Cerro Santa Lucía; luego, en 1856, el gobierno de Manuel Montt lo traslada hacia la parte occidente, en la llamada Quinta Normal de agricultura, por el acceso de la Avenida Portales. Posteriormente, en 1908, el presidente Pedro Montt trajo a Chile al astrónomo alemán Federico Ristenpart para que se hiciera cargo del observatorio, quien pidió de inmediato que se trasladara al sur de Santiago, lo que hoy es el paradero 34 de la Gran Avenida, que es ocupada años más tarde por la Fuerza Aérea de Chile.
Como parte de la urbanización del Fundo Vital Apoquindo, la cima del Cerro Calán es donado a la Universidad de Chile para lo que sería la “cuarta destinación del observatorio astronómico nacional y no es el comienzo de la astronomía”, relató Maza. Por ello, Cerro Calán sigue siendo la sede oficial del Observatorio Astronómico Nacional.
“Yo llegué como alumno a Cerro Calán en los años 60, y para llegar no había ni micros”, dijo. Hoy este espacio e infraestructura está dedicado a la educación y divulgación científica. Las primeras observaciones se realizaron desde los observatorios de Cerro Tololo, Cerro Pachón y Cerro La Silla, Cerro Las Campanas. En la actualidad, “Cerro Calán no es ninguna maravilla en términos, ni del clima y teniendo una ciudad de 6 millones de habitantes”, pensando en las noches despejadas para observar el Universo, agregó el astrónomo.
Entre el año 1962 y 1973, un grupo de astrónomos soviéticos – mediante un convenio entre ambos países – instaló un telescopio en el Cerro El Roble, una especie de gran cámara fotográfica. Así es como José Maza cuenta que aportó con sus investigaciones a los Premios Nobeles norteamericanos (2012): “empecé una búsqueda de supernovas durante 5 años”, imágenes que se comparaban en Cerro Calán a través del ‘microscopio estéreo comparador’, pero que ya en 1987, estas placas fotográficas empezaron a declinar por nuevas tecnologías CCD. Fue junto al joven astrónomo Mario Hamuy que trabajaron en el “Proyecto Calán Tololo”, dedicado a buscar supernovas, y que dio paso a nuevas explicaciones sobre la materia oscura del Universo, relató el Premio Nacional de Ciencias.
Otro hito del Observatorio de Cerro Calán – según José Maza – fue la investigación científica que apoyó el ‘Catálogo fundamental’, que contiene el registro de miles de estrellas, y que se medían a través de ‘círculos meridianos’. Pero, fue en desde el OAN donde se hicieron correcciones a la realizada por otros astrónomos europeos y norteamericanos, y que finalmente fueron claves para registrar el comportamiento y movimiento de las estrellas, explicó.
“En Cerro Calán hemos muchas investigaciones (…) hoy día somos más de 200 doctorados en astrofísica. La astronomía hoy día está infinitamente más grande y más potente que hace 50 años, pero todavía tenemos que crecer mucho más”, acotó el doctor Maza.
Respecto de la contaminación lumínica, José Maza cree que es un gran obstáculo para el trabajo de los astrónomos, incluso en norte grande, pero también para la ciudadanía que ya no puede observar las estrellas desde las grandes ciudades, explicó este divulgador científico.
Cursos de astronomía/Universidad de Chile: https://das.uchile.cl/listado–cursos/
Ver entrevista completa en el link:
https://youtu.be/0HdNuh4w8E4